Hay una
diferencia que debemos tener en cuenta para
cualquier tipo de apego, pero especialmente a la familia.
Una cosa es participar y otra cosa pertenecer, yo
puedo participar en mi familia, tener metas comunes. Pero cuando yo digo que
pertenezco a: es porque ya me identifico con lo simbiótico, somos uno, a veces
hay que hacer su propia revolución.
Esa
revolución cuando hay un modelo de autoridad fuerte, o hay cuestiones
religiosas que los ata o simplemente una relación dominancia – sumisión, es muy
difícil de lograr porque uno piensa que está
haciendo algo incorrecto. Por eso hay rótulos
que funcionan como lapidas que te las pone la familia entonces solo deberías de obedecer y juntos somos mas etc…
Y cuando eso
te empieza a limitar uno debe buscar su libertad, su propia autonomía, ESO NO ES NEGOCIABLE.
Ahora esa
simbiosis es muy difícil de quitar porque la familia son varias personas y la
presión es un grupo entero sobre una sola, es como si entraran a una secta.
PARA TENER EN CUENTA.
Los lazos afectivos familiares, cuando son sanos
y equilibrados, sirven como barrera y protección contra las influencias
negativas del exterior.
Asimismo, un estilo de apego seguro brinda a la
persona confianza suficiente como para
estar sola o acompañada.
La familia tiene una función de cuidado, protección y
socialización por eso es importante la forma en que te relacionas con sus
miembros porque eso es lo que vas a reflejar en tu vida diaria.
Por Diana Rubio
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